junio 11, 2011

Marish

Dentro de esos encuentros inesperados en mundos virtuales, existen historias que se quedan cortas al compararlas con el Deus ex machina de la vida diaria.

Bien, después de esta disertación pseudofilosófica (dedicada a la protagonista de esta entrada) quiero recomendar las irreverentes, tiernas, profundas, objetivas, elocuentes y adictivas letras de una tal Marisol.


Profesionalmente, va paso a paso forjándose un nombre en el periódico El Pueblo con cada uno de sus reportajes. Adoro su entrega periodística y ese valor femenino que la lleva a ejercer en este país tan peligroso, más aún en el norte. Pues como ella dice, es una mujer del desierto.

"Una mujer como todas y como ninguna" en sus propias palabras. Leerla entre líneas es tan apasionante como mirarla a través de sus gestos.

Sus reflexiones femeninas, su férrero carácter, su sorpresivo sentido del humor... no tienen nada que envidiarle a sus infernales curvas, sus estruendosos tacones, y sus sensuales labios.

Conózcanla, léanla, mírenla, admírenla... como yo, no se arrepentirán.

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